La palabra
En aquel tiempo, cuando sobre el nuevo mundo
Dios inclinó su rostro, la palabra
era capaz de detener el sol
y destruir ciudades.
Si la palabra navegaba por los aires
como una llama rosa
el águila no agitaba sus alas
ni las estrellas temerosas se quejaban a la luna.
Hubo días para la vida baja
la vida silvestre y cotidiana
Pues el precepto cuando es sabio abarca
todos los matices de la razón.
El longevo profeta que ha conquistado
para sí la maldad y la bondad
dudando dirigirse al espíritu
escribió la ley sobre la arena.
Hemos olvidado que de todas las zozobras humanas
sólo la palabra se encuentra iluminada
Y que en el Evangelio de San Juan
está escrito que la palabra es como Dios.
Los hombres le hemos impuesto fronteras
límites indigentes y pobres
y cual abejas
Las palabras muertas huelen mal.
Dios inclinó su rostro, la palabra
era capaz de detener el sol
y destruir ciudades.
Si la palabra navegaba por los aires
como una llama rosa
el águila no agitaba sus alas
ni las estrellas temerosas se quejaban a la luna.
Hubo días para la vida baja
la vida silvestre y cotidiana
Pues el precepto cuando es sabio abarca
todos los matices de la razón.
El longevo profeta que ha conquistado
para sí la maldad y la bondad
dudando dirigirse al espíritu
escribió la ley sobre la arena.
Hemos olvidado que de todas las zozobras humanas
sólo la palabra se encuentra iluminada
Y que en el Evangelio de San Juan
está escrito que la palabra es como Dios.
Los hombres le hemos impuesto fronteras
límites indigentes y pobres
y cual abejas
Las palabras muertas huelen mal.
Nikolai Gumiliov
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