jueves, 17 de diciembre de 2015

JUEVES 17 DE DICIEMBRE, El mejor premio es compartirlo

Por todos los lados vemos el anuncio de navidad de este año. Pero  seguro que muchos de vosotros y de vosotras no lo habéis visto todavía.
su mensaje es claro, PIENSA EN HACER FELIZ AL QUE TE RODEA. 
por que lo mejor es compartir la felicidad

Al igual que en el anuncio de la Lotería de Navidad, para los cristianos, el mejor premio es compartirlo, y para nosotros/as es compartir que Dios se ha hecho hombre entre nosotrosl.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

MIÉRCOLES 15 DE NOVIEMBRE, El hombre se hace Dios

Estrellas y belenes
con nubes de algodón;
se anuncia una noticia
 !que es todo un notición !
Un niño nacerá, mesías y señor,
 y entre sus manos trae
espinas de dolor.
Los Ángeles le adoran
con toda devoción
porque este niño es hombre,
porque este niño es Dios
 y llega hasta nosotros 
mendigo y sin amor,
 para ser condenado
por nuestra salvación.
Que todos los humanos 
cambien el corazón 
Y vayan a adorarle
allá donde nació.
Si tienes en tu casa
oscuro algún rincón
Es tiempo de limpiarlo.
 Es nuestra obligación .
Su madre limpia y pura, 
radiante como el sol,
 le estrecha a su cintura,
 le ofrece su calor, 
le mira a sus ojitos 
y dice con amor:
 ! Te quiero pequeñito,
 te quiero, corazón !
Y el cosmos se estremece
 de gozo y emoción.
Viene a decir al hombre
 de toda condición que
 Dios es la ternura
que Dios es puro amor
Que nadie tenga miedo, 
que no exista el temor 
Que estamos redimidos
 por esta encarnación. 
Que Dios se hace hombre 
y el hombre se hace Dios,

martes, 15 de diciembre de 2015

MARTES 15 DE DICIEMBRE, Las dos direcciones de adviento

Índice del artículo
Las dos direcciones del Adviento
El ciclo vuelve a empezar
Pero siempre adelante
En la vida hay cosas que son cíclicas. Se van, y vuelven con regularidad. Y otras cosas van
 hacia delante, lanzadas como una flecha. Por ejemplo. Cíclico es el paso de las estaciones,
 las cosechas, el calendario que vuelve con sus fechas fijas año tras año. Cíclico es también
 el baile de los estados de ánimo para muchas personas (nunca dura eternamente la alegría,
 ni la tristeza, la nostalgia, ni la diversión). Lineal es el paso del tiempo, que nos va haciendo
 más mayores –y más sabios–. Las relaciones personales van hacia delante, nacen, y
 después se van construyendo, cargándose de equipaje…
Pues bien, el Adviento es también un tiempo de dos direcciones.
Ya estamos de nuevo empezando. Coronas de Adviento. Lecturas de la profecía.
Enderezad los caminos. Ven, Señor Jesús…Todo esto vuelve, regularmente. Como
volverán en el ambiente exterior las alusiones a navidad, las campañas publicitarias, las
 luces iluminando las calles, la lotería o los turrones. Y el niño, al que hace tan solo una
 semana celebrábamos como Cristo Rey, Señor del Universo, se ha convertido de nuevo 
en promesa, acogida por una mujer sencilla. Volvemos a comenzar porque para cada
 uno de nosotros es importante recordar el viejo relato, para seguir construyendo desde ahí. Porque en la vida, y en la fe no todo puede ser novedad, sorpresa y cambio. Hay una
historia de siempre que está llena de verdad. Y tiene sentido volver una y otra vez sobre
 ella.

viernes, 11 de diciembre de 2015

VIERNES 11 DE DICIEMBRE, Las bien aventuranzas de la familia

Dichosos vosotros que os amáis y ponéis el amor por encima del oro y las joyas, porque sois los más afortunados de la tierra y vuestras oraciones están siempre en alza.
Dichosos vosotros que os amáis y sois fieles en el amor, que no venderíais vuestra felicidad ni por un millón de dólares, porque vuestra alegría será como fuente inagotable, como un río en crecida.
Dichosos vosotros que os amáis aún en medio de las pruebas y las dificultades, porque vuestra lágrimas se convertirán en lluvia de gracia y misericordia.
Dichosos vosotros que os amáis con un amor paciente y misericordioso, un amor que aguanta y que perdona, porque seréis siempre perdonados y tratados con misericordia.
Dichosos vosotros que os amáis con un amor creciente y expansivo, superador de todo exclusivismo y posesión, porque seréis como el arco iris, capaces de abrazar al mundo entero.
Dichosos vosotros que os amáis con amor enteramente gratuito, que regala y no pasa factura, que no mide los méritos ni busca recompensas, porque vuestra recompensa será el amor y seréis como dioses en la tierra.
Dichosos vosotros que os amáis con un amor exigente, hambriento de verdad y de justicia, porque vuestros anhelos serán saciados, convertidos en energía liberadora.
Dichosos vosotros que os amáis con un amor abierto a la vida, porque nunca moriréis y vuestros nombres pervivirán en el corazón de vuestros hijos y en el de los hijos de vuestros hijos.
Pero...
Ay de vosotros que os amáis sin amor, porque os encontraréis con un vacío inmenso.
Ay de vosotros que os amáis por placer y diversión, porque terminaréis cansados y aburridos.
Ay de vosotros que os amáis por interés, porque terminaréis arruinados.
Ay de vosotros que sólo os amáis eróticamente, porque beberéis el veneno de la duda y de los celos y será vuestro amor como flor de un día.
Ay de vosotros que os amáis con amor cerrado y limitado, porque quedaréis atrapados en la jaula de vuestras mezquindades.
Ay de vosotros que os amáis con dominio y exigencia, porque no se apartará de vuestra casa la discordia y el fruto de ese amor será la esclavitud.
Ay de vosotros que os amáis como objeto de consumo, porque terminaréis consumidos.
Ay de vosotros que quitáis al amor la semilla de la vida, porque seréis atormentados por crueles pesadillas eternamente.

jueves, 10 de diciembre de 2015

JUEVES 10 DE DICIEMBRE, La navidad es para compartirla

Este es uno de los milagros de lo que supone el nacer de Jesús entre nosotros, en nuestros corazones.

Aunque parezca que haya algo de que nos separe, Él es la razón para olvidar nuestras diferencias y acordarnos de lo que nos hace humanos.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

MIÉRCOLES 9 DE DICIEMBRE. Un mensaje de adviento

Hay quién no puede juntarse en estas fechas porque ya no están. Les echamos de menos, y su falta se nota...mucho. Es por ello que mientras tengamos la oportunidad, juntémonos con ellos.
Esta va por nuestras abuelos  nuestros abuelos, Por nuestras madres y por nuestros padres.

viernes, 4 de diciembre de 2015

VIERNES 4 DE DICIEMBRE, Dos paraísos

Los Dos Paraísos


En el patio de tierra de mi casa había dos grandes paraísos.
De chico nunca me pregunté si ellos también habrían nacido, crecido, o sido trasplantados.
Simplemente estaban allí, en el patio, como estaban el cielo las estrellas, la cañada en el campo, y el arroyo allá dentro del monte. Formaban parte de ese mundo preexistente, de ese mundo viejo con capacidad de acogida que uno empezaba a descubrir con asombro.
Eran lo más cercano de ese mundo porque estaban allí nomás, en el medio del patio, con su ancho ramerío cubriéndolo todo y llenando de sombra toda la geografía de nuestros primeros gateos sobre la tierra.
Ellos nos ayudaron a ponernos de pie, ofreciéndonos el rugoso apoyo de su fuerte tronco sin espinas. Encaramados a sus ramas miramos por primera vez con miedo y con asombro la tierra allá abajo, y un horizonte más amplio alrededor.
Los pájaros más familiares, fue allí donde los descubrimos. En cambio los otros, los que anidaban en la leyenda y en el misterio de los montes, los fuimos descubriendo mucho después, cuando aprendimos a cambiar de geografía y a alejarnos de la sombra del rancho.
Fue en ellos donde aprendimos que la primavera florece. Para setiembre el perfume de los paraísos llenaba los patios y el viento del este metía su aroma hasta dentro del rancho. No perfumaban tan fuerte como los naranjos, pero su perfume era más parejo. Parecía como que abarcara más ancho. A veces, un golpe de aire nos traía su aroma hasta más allá de los corrales.
También  nos enseñaron cómo el otoño despoja las realidades y las prepara para cuartear el invierno. Concentrando su savia por dentro en espera de nuevas primaveras, amarilleaban su follaje y el viento amontonaba y desamontonaba las hojas que ellos iban entregando.
En otoño no se esperaba la tarde del sábado para barrer los patios. Se los limpiaba en cada amanecer.
¡Cuántas cosas nos enseñaron los dos viejos paraísos, nada más que con callarse!
Fue apoyados en sus troncos, con la cara escondida con el brazo, donde puchereamos nuestros primeros lloros después de las palizas. Allí, en silencio, escuchaban el apagarse de nuestros suspiros entrecortados por palabras incoherentes que puntuaban nuestras primeras reflexiones internas de niños castigados. Y en el silencio de sus arrugas, guardaron junto con nuestros lagrimones esas primeras experiencias nuestras sobre la justicia, la culpa, el castigo y la autoridad.
Y luego, cansados  de una reflexión que nos quedaba grande y agotada nuestra gana de llorar, nos alejábamos de sus troncos y reingresábamos a la euforia de nuestros juegos y de nuestras peleas.
Cuando jugábamos a la mancha, transformaban su quietud en la piedra del “pido” que nos convertía en invulnerables. Y en el juego de la escondida escuchaban recitar contra su tronco la cuenta que iba disminuyendo el tiempo para ubicar un escondite. Y luego eran la meta que era preciso alcanzar antes que el otro, para no quedar descalificado. Ellos participaron de todos nuestros juegos y fueron los confidentes de todos nuestros momentos importantes.
Escondidos detrás de sus troncos, nuestra timidez y viveza de chicos de campo espiaba a las visitas de forasteros, mientras escuchábamos nuevas palabras, otra manera de pronunciarlas y nuevos tonos de voz, que luego se convertían en material de imitación y de mímica para las comedias infantiles en que remedábamos a las visitas. Así fue como aprendí la palabra “etcétera”, que me causó una profunda hilaridad, y que al repetirla luego a cada momento y para cualquier cosa, nos hacía reír a todos en la familia. En mi familia siempre producían hilaridad las palabras esdrújulas.
Al llegar la noche, todo nuestro mundo amigo se atrincheraba alrededor de los paraísos. El farol que se colgaba de una de sus ramas creaba una pequeña geografía de luz que era todo lo  que nos pertenecía en este mundo. Más allá estaba el reino de la noche desde donde nos venían los gemidos de las ranas sorprendidas pro las culebras; y hacia donde los perros hacían rápidas salidas para defender nuestro reino sitiado. Desde la noche sabía llegar hasta nuestro puerto de luz algún forastero o algún amigo náufrago de las sombras que había logrado ubicar el faro de nuestra lámpara suspendidas de las ramas de los paraísos. Desde lo más hondo de la noche remaban hacia la lámpara miles de insectos: las luciérnagas describían amplios círculos de luz alrededor de los paraísos, y a veces volvían a hundirse en la inmensidad sideral de la noche como pequeños cometas de nuestro pequeño sistema solar. Otras veces, encandiladas por la luz del farol, terminaban en nuestras manos llenándolas de todo eso misterioso que brilla en las noches.
Cuando me vine hacia el sur, la imagen de los paraísos vino conmigo, y conmigo fue creciendo al ritmo de mi propio crecimiento. Los veía simplemente como parte de mi propia historia.
Al volver luego de unos años, me impresionó ver nuevamente a mis dos viejos paraísos familiares. Sí. Eran los mismos: ocupaban el mismo sitio; los aseguraban las mismas raíces y los identificaba por las mismas arrugas de sus troncos amigos.
Y sin embargo me parecieron más pequeños. Cierto: la cabellera de sus copas había raleado, y tal vez sus ramas ya no fueran  tan flexibles. Pero fundamentalmente habían quedado iguales; idénticos. No fue por haber cambiado por lo que me resultaron más pequeños. Yo diría que fue mi relación con ellos lo que había crecido, lo que me daba de ellos una visión distinta.
Quizá no es que los viera más pequeños; sino que ya no me parecían tan altos, ni tan ancha su sombra, ni tan difíciles de subir, ni tan imprescindibles dentro de la geografía del mundo que me tocaba habitar. Mientras tanto, yo ya había conocido otros árboles grandes, importantes, útiles o amigos, y a lo mejor había adornado inconscientemente con esas dimensiones prestadas a mis dos viejos paraísos familiares.
Ahora, al verlos en su realidad concreta, desmitizados de mis adornos fantasiosos, comencé a darme cuenta de sus auténticos límites, de la dimensión concreta de sus ramas. Podría decir que casi afloró a mi conciencia un descubrimiento:
“Mis dos viejos paraísos también tenían su historia.”
Historia personal, intransferible. Su existencia no era sólo relación conmigo. También ellos habían nacido en alguna parte, habían tenido su historia de crecimiento, para luego ser trasplantados juntos y compartir la  historia de un mismo patio. El estar allí, el compartir su vida con nosotros, su sombra y el ciclo de sus otoños y primaveras, era el resultado de decisiones que bien hubieran podido ser distintas, y con ello totalmente otra mi propia historia y mi geografía personal.
Me di cuenta de la tremenda responsabilidad de sus decisiones; cosa que ningún otro árbol había tenido, ni jamás podría tener en mi vida.
Y pienso que, si hoy todo árbol es mi amigo, esto se debe a la calidez de amigo que supe encontrar allá en mi emplumar, en aquellos dos paraísos familiares. Ellos dieron a mis ojos, a mi corazón y a mis manos, esa imagen primordial que trataría de buscar en cada árbol luego en mi vida.
Insisto. Esto lo empecé a ver y a comprender cuando desmiticé a mis dos viejos paraísos de todo lo que no era auténticamente suyo. Cuando comprendí que también ellos tenían unas dimensiones concretas y relativamente pequeñas; cuando les descubrí sus carencias y cuando supe que su existencia almacenaba, como la mía una cadena de decisiones personales, y no un mero sucederse de preexistencias sin historia. Cuando me di cuenta de que tenían menos dimensiones de las que yo me imaginaba, y más méritos de los que yo suponía.
Hoy aquel patio familiar existe sólo en mi recuerdo. Los dos paraísos han dejado en pie dos grandes huecos de luz. Buscando sus copas mis ojos miran para arriba y se encuentran con el cielo.

No han muerto. Y pienso que no morirán nunca, porque rama a rama se van quemando en el fogón familiar, y de cada astilla que se ha vuelto ceniza se ha liberado la tibieza que calienta nuestros inviernos. Y sus troncos rugosos se han vuelto tablas de la mesa familiar que nos seguirá reuniendo a los hermanos distantes para compartir el pan.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

MIÉRCOLES 2 DE DICIEMBRE, bendice mis manos

Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.

Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.

Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

Sabine Naegeli

martes, 1 de diciembre de 2015

MARTES 1 DE DICIEMBRE. Despierta

Seguimos en Adviento, pero nos queremos unir este día con nuestro lazo 
Una enfermedad que no discrimina por sexo, raza, color, ni condición social, TODOS estamos expuestos al contagio.
Está demostrado que frente a cualquier Infección de Transmisión Sexual incluido el Vih/Sida, la prevención es de vital importancia

En este último año en España han aumentado el 10 % de contagios respecto al año pasado



Por otro lado, te planteamos la reflexión da Adviento de hoy.


WEDNESDAY, MARCH 17. SAINT PATRIK DAY

THE NAME OF THE FATHER, AND THE SON, AND THE HOLY SPIRIT, AMEN VENERABLE MARY WARD, PRAY FOR US