martes, 19 de enero de 2016

MARTES 19 DE ENERO, Buenos días y Gracias

Buenos Días
Señor Jesús: 
Me cuesta comenzar este día porque sé que es una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo. Porque te amo, quiero comenzar este día con entusiasmo, con alegría, en mi propia persona. Gracias, Señor Jesús, por este nuevo empezar. Gracias, Señor Jesús, por tu presencia, tu amor y compañía en este caminar de mi existencia. Quiero sembrar paz, solidaridad y amor entre mis hermanos. Que cuantos se me allegan, ninguno deje de escucharme algo que pueda serle útil. Que ninguno note debilitada su fe en sí mismo. Que ninguno se retire sin alivio en sus dolores y dificultades. Déjame sentir tu honda paz, presente en cada experiencia en la armonía de vivir Guárdame de palabras ociosas y vanas fantasías. Calma la carrera de mi mente para que mis pensamientos tengan claridad y la luz de tu Santo Espíritu me ilumine en cada instante de este día. Bien sé Señor que esta tarea la comienzan cada día muchos hermanos de cualquier punto de la tierra y eso me alienta y empuja. También te pido por ellos y con ellos te digo: 
BUENOS DIAS SEÑOR.

jueves, 14 de enero de 2016

JUEVES 14 DE ENERO, La vasija rota

LA VASIJA AGRIETADA


Un cargador de agua de la India tenía dos redondas vasijas de barro. Diariamente las colgaba a los extremos de un palo y las llevaba encima de los hombros. cada amanecer y cada atardecer recorría a pie el largo camino que va desde el arroyo hasta las casas de la aldea. Gracias a su trabajo podía calmar la sed de su familia y de los aldeanos más pobres del lugar.
El aguador había modelado las dos vasijas a partir de un trozo de arcilla, compaginado el movimiento de sus manos amorosas y moviendo el torno con el pie, al ritmo deseado. A una de ellas la selló con su dedo, era el sello personal del artista. Luego las introdujo en el fuego del horno para cocerse y adquirir una forma definitiva y consistente. Las formó cóncavas y grandes, teniendo en cuenta los pedidos y necesidades de la gente.
Aunque las hizo de la misma pasta y tamaño, una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba todo el agua hasta el final de su destino, pero cuando llegaba la vasija rota, sólo tenía la mitad del agua.
Durante varios años esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta se sentía muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la vasija agrietada estaba muy avergonzada de sus propia imperfección y se sentía miserable, porque sólo podía cumplir la mitad de lo que se suponía era su tarea.
La vasija quebrada expresó al aguador su insatisfacción, hablándole con sensatas y buenas razones:
Me siento triste porque soy un recipiente inservible, ¿no te das cuenta de que a través de mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir? Me avergüenzo del agua que desperdicio a través de mi pobre barro y de las viejas cicatrices que arrastro. Estoy segura que he defraudado tus expectativas. Abandóname como a cacharro inútil, y haz otro nuevo.
La vasija rota fue adquiriendo una sensibilidad extrema a los cambios climáticos. En épocas de frío, sus rajas se alargaban cuando alguien despreciaba sus grietas porque le quitaban belleza y valor. A veces era peor, si percibía silencios de cementerio a sus alrededor, la hacían encorvarse y transformarse en objeto convexo. Sentía la impotencia de ser un cuenco frágil, y le reprochaba a su alfarero: ¿por qué me has hecho así? . Empezaba a desconfiar de sus propios recursos, a autodespreciarse y a su vez se angustiaba de perder cada vez más agua. Pero sus metas perfeccionistas de nada le servían. Había días que la paralizaban para seguir cargando el agua.
El alfarero y aguador que no había perdido la mirada sobre su vasija, se inclinó, la tomó del suelo y la estrechó largo tiempo entre su pecho. Acarició su hendidura que al moldearla la hiciera al ser sellada con su dedo. La hacía tan personal... la alzó sobre el torno, la recubrió con sus grandes manos de caricias arcillosas, respetó sus grietas, la hacían muy especial ..., con su suave aliento la sopló vida y arreció sus masa con un poco de fuego.
El dueño tomó a la vasija sobre sus rodillas, la miró con ternura y le reveló con dulce voz, preciosas palabras de amor:
Yo metí mi mano en tu entraña, el tamaño y forma de tu cavidad se parecen a mi mano. Me saliste un cuenco imperfecto, pero donde cabe un corazón grande y bueno. si tuviera que volver a crearte, te haría otra vez de la misma forma y figura. No eres tú quien me has elegido a mí, sino que soy yo quien te he elegido y no te he pedido perfección, sino que des el fruto de amor que puedas, con lo que eres, entonces harás maravillas.
Cuando vuelvas a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino, cómo esperan tu paso y te saludan agradecidas
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio un camino sembrado de flores multicolores. Pero, de todos modos, se sentía apenada porque una vez más sólo conservaba dentro de sí la mitad del agua que le gustaría llevar a las casas.
El aguador le dijo entonces:
¿Te diste cuenta de que sólo las flores crecen a tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise que colaboraras conmigo en mi oficio. Necesito de ti. Sé bien cómo eres y por eso te quiero así. Un día se me ocurrió sembrar de semillas el camino por donde vamos y todos lo días las has regado y durante estos años yo he podido recoger estas sencillas y hermosas flores para regalar a nuestros amigos, los pobres que necesitan de nuestra agua, pero también de la fragancia y belleza de una flor. Mira, si no fueras exactamente como eres, con todo, y tus grietas, no hubiera sido posible crear tanta belleza.

Desde entonces , la vasija nunca más dio importancia a aquello que le paralizaba y entristecía, aprendió a VIVIR confiada sobre los hombros de su creador, insegura de ella pero segura de aquel junto a quien quería permanecer el resto de su vida. Se sentía orgullosa de tener un dueño que nunca abandonaría la obra de sus manos y no la permitiría desperdiciar ninguno de sus dones.
"Llevamos un tesoro en vasijas de barro, pero no para que quede en nosotros sino para que los demás participen del don recibido". Así nuestra tinaja aprendió a aceptarse, dejarse llevar por el aguador y encontró que hay más alegría en dar que en recibir.

La gente del  lugar daba gloria a Dios por las maravillas que realizaba con su frágil vasija, como si una fuerza tan extraordinaria procediera del dueño, y no sólo de ella, al fin y al cabo, vasijas de barro somos, pero en manos de un buen alfarero.

martes, 12 de enero de 2016

MARTES 12 DE ENERO, Año de la misericordia

Este año la iglesia quiere hacer hincapié en la  misericordia del ser humano.
Esta oración quiere llegar a nuestros corazones.

Me quedo.

Me quedo con tu mirada.

Con tu mirada y con tus ojos negros.

Me quedo contigo, pelirroja, en el flash que te alumbró en una carretera.

Me quedo en la madrugada, yendo a tapar a mi hija bien morena, y a la otra bien pelirroja, no vaya a ser que pillen un catarro.

Me quedo con tu desgarro y con tu impotencia y con tu miedo y con tu frío y con tu rabia y con tu agotamiento.
Me quedo con todo eso grabado,mientras sujetas fuerte a tu hijo... no vaya a ser que se te escurra ahora entre los brazos... justo ahora, que ya estáis los dos, a salvo y en tierra.

Me quedo con la orilla de una playa turca y de otra griega y de otra canaria.

Me quedo con tres extranjeros y magos y sabios, llegando cada uno de tres sitios bien lejanos, seguros de que han encontrado, por fin, lo Bueno.

Y con un mapa sin tierras  porque... para qué, si todos"somos ciudadanos de los cielos" (Que ya lo sabían aquellos magos, que por algo eran sabios).

Me quedo con un niño de horas en la intemperie de Belén y me quedo en la noche de los que no le dieron abrigo.

Me quedo con tu carcajada porque juego contigo en una cuneta y te hace gracia mi gorra.

Me quedo con tu piel más blanca o más morena porque vienes de otro lado .
Y con el cuero de tus sandalias que es distinto al mío.

Me quedo con tus pies extranjeros, si apenas levanto mis ojos del suelo... cada vez que paso por  delante de tu  extranjera mirada, apostada,  cada día, en la misma acera.

Me quedo con un galileo charlando en un pozo con una samaritana.

Me quedo con con una vía de tren demasiado larga e imperdonablemente llena de pasos.

Me quedo con una bebida caliente, unas galletas y una manta en una estación.
Me quedo con las estaciones a las que llegan trenes .
Me quedo con tu mirada forastera bajando del tren.
Y con la tuya en esas vías donde, en vez de trenes, caminas peregrino  y forastero igual de agotado y triste que de confundido y esperanzado.

Me quedo escondido en la mañana en algún monte Gurugú y me quedo esperando la noche para correr monte abajo, aterrado.

Me quedo con el frío, la lluvia y el barro calando tu piel y tus zapatos, sumando ya demasiadas mojaduras,  mientras oigo llover afuera.

Me quedo con tu espalda mojada y rota y roto tu bebé en ella porque no puede más.

Me quedo con el pescador turco que se lanzó al mar a por ti y con el voluntario que te abrazó con una manta al llegar al puerto.

Me quedo escribiéndote  desde donde estoy.

Me quedo con un dibujo  en una hoja cuadriculada: me quedo con el fuego, los cuerpos desmembrados y la sangre en el suelo que dibujaste con tus pinturas de niño... y con los caminos que conducen directos a la casas que dibujaste, contento, en el otro lado del papel.

Me quedo con el "id por todo el mundo..." y con "el mundo es nuestra casa"...y " con el venid a Mí los que estéis cansados"...

Me quedo con la mirada del país que te acogió y en el que temeroso cerró sus puertas.

Me quedo con el soldado que te golpeó para que no te colaras dentro... y con el otro que abrió paso para que pudieras llegar.

Me quedo contigo, extranjero y peregrino y con María aún muy débil y con José decidido y con Herodes celoso y cegado y con 700 millas de camino por delante los tres.

Me quedo extranjero, que todos lo fuimos, en Egipto, un día.

Me quedo con mi Dios, que entonces, es un Dios forastero.

Me quedo.
Me quedo sin excusas, la verdad.

WEDNESDAY, MARCH 17. SAINT PATRIK DAY

THE NAME OF THE FATHER, AND THE SON, AND THE HOLY SPIRIT, AMEN VENERABLE MARY WARD, PRAY FOR US