Marty McFly se reencuentra con su querida Jennifer tras haber viajado por primera vez al pasado en el DeLorean de Doc Emmett Brown. Los dos adolescentes (Michael J. Fox ya rozaba la treintena, pero la magia del cine...) se van a besar cuando aparece el científico (Christopher Lloyd) para pedir ayuda. «Tienes que volver conmigo», le suplica. «¿Dónde?». «De regreso al futuro». Doc coge de la basura una lata de cerveza a medias y unas mondas de plátano para llenar el depósito del DeLorean y abandonan por el aire su presente, nuestro pasado. Adiós a los problemas con el precio de la gasolina.
«¿Dónde estamos? ¿Cuándo estamos?». Conducen por una autopista situada en el cielo y Doc le señala a McFly el calendario temporal del DeLorean. «Estamos en el siglo XXI, en Hill Valley, California. ¡Son las 4:29 del miércoles 21 octubre de 2015!». Así empieza la segunda entrega de Regreso al Futuro(1989), una película que se ha convertido en icono de la cultura pop con el paso de los años.
Ese futuro ya está aquí: este miércoles es el día señalado. Ese miércoles es hoy. La pregunta que todos nos hacemos es si ese futuro que se imaginaron se parece en algo a nuestro presente que es hoy. La respuesta es si y no. No tenemos chaquetas con secador incorporado o zapatillas que se ajustan al pie de modo automático. Pero si tenemos una tecnología de ultima generación. Móviles e internet era algo que ni siquiera los guionistas mas alocados se podían imaginar.
Desde entonces, ¿el mundo ha mejorado? ¿Hemos hecho de nuestra casa un mundo mejor? Depende quien responda te dirá que sí y que no. Yo quiero creer que sí. Estoy seguro de que Marty Mcflay se sorprendería mucho más de nuestro presente que de su futuro, ya que hemos logrado hacer grandes hazañas juntos. Cierto es que hay muchas cosas de las que nos tenemos que avergonzar, pero no quiero dar un mensaje derrotista, sino todo lo contrario. Ayer mismo, 80 grandes empresas se comprometían a tomar acciones para evitar un cambio climático. Amnistía Internacional, Greenpeace, Medicos sin fronteras, Acnur, entre otras miles de ong´s y asociaciones trabajan para llevar la esperanza a los desesperados y abandonados.
Y Dios, Dios que pinta en todo esto. Pues pinta y mucho. Pues se hace presente en todas las personas de buena voluntad. Y consigue hacer presente su Reino en cada tienda de campaña de refugiados, en cada vacuna contra la malaria, en cada pozo de agua, en cada misionero, en cada palabra de esperanza y reconciliación, en cada visita a la cárcel al preso desahuciado, en cada sobre del domund, caritas o campaña contra el hambre donde solo hay 20 céntimos.
Ahí está en Dios, en ti , en mi y en todos los demás, queriendo salir en nuestra palabra y en nuestros actos.
A mi me gustaría que cuando llegue hoy Martin Mcflay se encuentre un mundo que sea más reflejo de Dios que en 1985.
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