Que los caminos se abran a tu encuentro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos
que el viento sople siempre a tu espalda.
Que guardes en tu corazón con gratitud
el recuerdo precioso de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ti y te ayude a
llevar la alegría a los corazones de cuantos amas.
Que la fuerza de Dios te mantenga firme,
que los ojos de Dios te miren,
que la Palabra de Dios te hable,
que los oídos de Dios te oigan
que la mano de Dios te proteja,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
Dios te tenga, y nos sostenga a todos,
En la palma de su mano.
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