Aunque a veces nos equivocamos o no hacemos las cosas lo mejor que podemos, Dios nos quiere siempre
¡Gracias!
Vamos a recordar los momentos en los que he sentido ese cariño de Dios a través de mis amigos y mi familia.
Te pedimos que nos sigas enseñando a ser humildes, sencillos como María, aprendiendo muchas cosas buenas de otros y de ti.
AMÉN
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