LEHEN HEZKUNTZA
GAURKO OTOITZA ELKARTASUNAREN ALDEKOA DA
DBH-BATX.
ZUEKIN
HAUR HEZKUNTZA ETA LEHEN HEZKUNTZA 1 ETA 2
LEHEN HEZKUNTZA 3. ZIKLO
ANTES DE COMENZAR. ¿QUE SIGNIFICA SUTÍL?. UNA VEZ QUE LO HEMOS HABLADO, VISIONAMOS EL VIDEO Y LO COMENTAMOS. LUEGO HACEMOS LA ORACIÓN.
POR MAS QUE BUSCO NO ENCUENTRO.
INTENTANDO ENCONTRAR UNA ORACIÓN POR LA MUJER EN INTERNET, TODAS ELLAS HACEN REFERENCIA A LA HIJA, A LA HERMANA, A LA ESPOSA, Y EN TODAS ELLAS COMENTA QUE SEA PROTEGIDA, AMADA, ANIMADA, RESPETADA ...
PRIMARIA 2º Y 3er CICLO / ESo
Tengo rabia
y Tú me dices que tengo que perdonar.
Tengo miedo
y me dices que debo arriesgarme.
Tengo dudas y me dices que debo creer.
Estoy angustiado
y me dices que me tranquilice.
Siento pereza y me dices que debo continuar.
Tengo mis proyectos
y me dices que acepte los tuyos.
Tengo propiedades
y me dices que sea mendigo.
Tengo seguridad
y me dices que nada prometes.
Quiero vivir y me dices que debo dar la vida.
Quiero ser bueno
y me dices que no es suficiente.
Quiero mandar
y me dices que debo obedecer.
Quiero liderar y me dices que debo servir.
Quiero entender
y me dices que debo asimilar.
Quiero claridad y me hablas con parábolas.
Quiero símbolos
y vas directamente al asunto.
Quiero tranquilidad
y me dices que vienes a traer intranquilidad.
Quiero violencia
y me dices que sólo sabes dar paz.
Tomo la espada
y me dices que debo guardarlo.
Me preparo para objetar
y me dices que debo ofrecer la otra mejilla.
Quiero paz
y me dices que viniste a traer la espada.
Trato de enfriar las cosas
y me dices que vienes a traer
fuego a la tierra.
Quiero ser el más grande
y me dices que debo ser el más pequeño.
Quiero permanecer anónimo
y me dices que mi luz
debe permanecer encendida.
Muchas veces no los entiendo,
Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte por ver si vuelvo.
Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
“Hoy puedes empezar de cero”.
Patxi Loidi. “Mar Rojo”, p. 157
Bienvenido, Espíritu, ¡Eres Tú!
Pasa, no te quedes a la puerta.
Pasa hasta la sala de estar.
Toma asiento, vamos, con toda confianza.
No sabía si vendrías.
Lo esperaba, bueno, lo deseaba,
pero dudaba:
pensaba si serías sólo para los importantes,
los sabios, los santos, los perfectos...
Veo que vienes a todas las cosas, las grandes y pequeñas.
Tenía esperanza,
pero a veces me asaltaba la duda.
¿Vendría también a mi casa,
tan pobre,
tan pequeña?
No sabes cuánto me alegro.
Has venido, ya estás aquí.
No eres un lujo
ni un regalo caro.
Has venido y estamos aquí juntos.
¡Casi no me lo puedo creer!
Te enseñaré mi casa, ¿quieres?
Está un poco abandonada, ya lo ves.
Algo de polvo que siempre entra.
Mucho desorden.
Ropa sucia que no acabo de lavar.
Hay también barro
en los rincones y en el pasillo.
Quizás Tú, que eres fino y persistente,
lo limpies todo.
No tengas miedo de soplar.
Hace frío, ¿verdad?
Sí, no es una casa caliente.
Hay poco ambiente aquí dentro.
Quizá Tú, que eres fuego,
la puedas caldear y ambientar.
No tengas miedo a arder,
y calentar todas las habitaciones.
Me gustaría repartir calor
a todos los que vengan a mí.
¿Para cuánto tiempo vienes?
¡Ojalá te quedes mucho rato!
Tenemos tanto que hablar.
Puedes quedarte todo el día,
y mañana,
y pasado mañana.
¡Ojalá no te vayas nunca!.
¡Ojalá no te eche nunca!
No te vayas aunque te eche, te lo suplico.
Me agrada que estés aquí,
los dos juntos mano a mano.
Tengo tantas cosas que contarte...
¡Mil proyectos!
Y quiero remover mi casa de arriba a abajo.
Te lo contaré todo.
Pero el caso
es que ahora no se me ocurre nada.
Estoy contigo
y tengo tanto que decirte...
Pero me emociono
y no me sale nada.
Estoy a gusto junto a Ti.
No sabes la ilusión que me hace tu vista.
Dicen que Tú haces profetas.
No sé bien lo que puede ser eso,
pero lo intuyo.
Hombres que nunca están quietos.
Mujeres que rompen moldes
y no repiten la historia.
Siempre andando en busca de lo nuevo,
más allá de los senderos trillados.
Dejarlo todo,
superarlo todo,
darlo todo...
Y abrir caminos.
Estoy muy lejos de esas maravillas
con esta casa tan sucia
y tan desambientada.
Pero si Tú has venido
pensarás que ha llegado el momento.
Me gustaría.
De verdad que me gustaría, ¡te lo juro!
Aquí estamos, Señor Jesús:
juntos en tu búsqueda.
Aquí estamos con el corazón
en alas de libertad.
Aquí estamos, Señor,
juntos como amigos. Juntos.
Danos la fuerza de caminar juntos.
Danos la alegría de sabernos unidos.
Danos el gozo del hermano de al lado.
Danos la paz de los que buscan en grupo.
Caminamos hacia Ti,
subimos cansados tu montaña.
Sabemos que la ascensión es dura,
pero el grupo nos aguanta.
Sabemos que Tú te das en lo alto,
en lo de arriba.
Sabemos que vale
la pena subir y encontrarte.
Es que... ¿tenemos otro mandamiento?
No, porque está dentro
de los mandamientos de un creyente,
porque Jesús amó a su pueblo
aunque su pueblo le despreció y le condenó.
Amar a nuestro pueblo
es mucho más que hacerle poesías,
dedicarle versos o hacerle homenajes;
para amar a nuestro pueblo
primeramente hay que entenderlo,
hay que saber qué le pasa,
por qué sufre, por qué está oprimido.
Para amar a un pueblo
hay que conocerle, saber cómo es,
cuáles son sus bellezas y sus problemas,
y quizá muchos de nosotros
que hemos nacido aquí
o que vivimos aquí,
no conocemos a este pueblo
o lo conocemos “tan por encima”
que... en realidad... no sabemos casi nada.
Señor,
ayúdanos a tomar conciencia
de lo que pasa en este pueblo,
danos esa capacidad de ser humildes
para entender la “culpa que tenemos”
y danos un amor tan valiente como el tuyo
para amar todo lo bueno y bello
que hay en nuestro pueblo
y para tratar de corregir y superar
lo que no tenga que ver con nuestra fe.
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto, los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro,
Vigor, Origen, Meta
de los sonoros ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía,
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia
del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa, si no alientas,
monte, si nos estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia.
Vivir es ese encuentro:
Tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado!
¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue,
Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
por tu misericordia y tu fidelidad,
porque tu promesa supera a tu fama.
Me hablaron de Ti, Dios mío,
me dijeron que eres digno de confianza,
y nos has defraudado mi esperanza,
colmada de tus dones.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque, al cabo de los años,
Tú has desbordado mis deseos,
Dios desconcertante y fiel.
Ha sido necesario un largo camino,
pasar por momentos de oscuridad,
creer en el amor, a pesar de todo,
para recoger ahora tus frutos.
No los cambiaré por nada,
los celebraré con mis hermanos en la fe,
en la Eucaristía de la Iglesia,
alabando tu nombre, Dios de mi historia.
El Señor es grande,
se ha fijado en mi pequeñez
y ha desbaratado mi orgullo.
Frutos de ternura en mi corazón,
más fuerte que todos los golpes de la vida,
frutos de agradecimiento y humildad,
capaces de humillar
la inteligencia de los poderosos.
¿Cómo lo has hecho, Dios mío?
No sé ni me importa.
Mi corazón exulta;
que todas tus criaturas te canten, Señor,
tu magnificencia y tu gloria.
Sólo sé que el Señor completará
sus favores conmigo.
Tu misericordia es eterna, Padre,
y no abandonarás la obra de tus manos.
(del Salmo 138)
Lectura del Libro de los Hechos de los ApÓstoles
Hch 2, 1-11
El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos, todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua".
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
THE NAME OF THE FATHER, AND THE SON, AND THE HOLY SPIRIT, AMEN VENERABLE MARY WARD, PRAY FOR US