Buenos días,
os pido que dejemos por un
momento todo lo que estamos haciendo
para comenzar la oración de la mañana.
Abrid vuestros sentidos.
Mary Ward fue acusada de hereje por
fundar una Congregación Apostólica sin
clausura para las mujeres. Ante esto, Mary
nos decía que: “No hay tal diferencia entre
hombres y mujeres, y las mujeres podrán
hacer mucho en este tiempo”.
Siendo convocada en Roma en 1632 para
hacer frente a los cargos de que era
acusada le fue concedida una audiencia
con el Papa, en la cual ella se declaró de la
siguiente manera: “Santo Padre, yo no soy
ni he sido nunca una hereje”.
Ella recibió
esta reconfortante réplica: “Creemos en
ello”. Sin embargo, sin que tuviera lugar
ningún proceso judicial a Mary Ward se la
prohibió abandonar Roma y vivir en
comunidad.
En 1637 por razones de salud a Mary se le
concedió la autorización para viajar a Spa y
de allí a Inglaterra. Murió durante la guerra
civil inglesa justamente fuera de York el 20
de Enero de 1645.
Fue enterrada muy
cerca del cementerio Anglicano de
Osbaldwick.
Mary Ward dijo: “Nuestra felicidad,
nuestra seguridad y nuestro progreso no
consisten en riqueza, grandeza, o el favor
de los príncipes sino en tener libre y franco
acceso a Dios. De Él tiene que venir nuestra
fuerza, conocimiento y protección.
Dios, nuestro Padre, Tú tienes un plan para
cada uno de nosotros. Nos presentas un
futuro lleno de esperanza. Concédenos la
sabiduría de Tu Espíritu para que podamos
reconocer la forma de Tu plan en los dones
que nos has dado, y en las circunstancias
de nuestra vida cotidiana.
Concédenos la libertad de Tu Espíritu para
buscarte con todo el corazón, y para elegir
Tu voluntad sobre todas las cosas.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
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