martes, 17 de enero de 2017

MARTES 17 DE ENERO, y vió Dios que era bueno

Y creó Dios al hombre, a imagen de Dios los creó: hombre y mujer los creó. Y les dijo: “CRECED Y MULTIPLICAOS; DOMINAD LA TIERRA Y SOMETEDLA”.
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.

Y hubo opresiones, asesinatos, explotaciones, exterminios, injurias, humillaciones, ingratitudes, traiciones y olvido de Dios. Y también hubo grandeza de alma, amistad, agradecimiento, perdón, hospitalidad, fraternidad, solidaridad, paciencia, tesón, sinceridad, justicia, esperanza y mirada fijas en Dios.

Y CREÓ AL HOMBRE JESUCRISTO.
Despojado voluntariamente de su rango de Hijo de Dios, en todo semejante a los hombres menos en el pecado, dio su vida por todos, fue triturado por nuestros delitos, y sus heridas nos han curado.
Por eso su Padre Dios lo resucitó. Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo. Y lo hizo criaturas nuevas a imagen de su Hijo. Y los alzó a la categoría  de hijos suyos en su Hijo. Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo quienes renegaron de la fe por intereses inconfesables, y vanidad a raudales y sed de poder y obsesión de tener. 

 Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo. Y hubo una legión de mártires, y apareció el fenómeno de los ermitaño y anacoreta, y se organizaron los catecumenados y la penitencia pública, y Benito de Nursia dio origen a una potente corriente de espiritualidad. 
Y vio Dios que las cosas eran buenas.
Y hubo herejías, soberbia, intransigencia y falta de diálogo, e intromisiones de los emperadores en los asuntos de las comunidades cristianas y doblegamiento de algunos pastores al poder civil.

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y surgieron los prohombres de la ortodoxia y de la libertad de las comunidades cristianas: Hilario de Poitiers, Atanasio de Alejandría, Basilio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Ambrosio de Milán... Y pagaron con el destierro o el sufrimiento moral su lealtad a Jesucristo, a los hombres y a las comunidades.
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo cismas y autoritarismo, y cruzadas contra los musulmanes, y hogueras y cárceles para los supuestos herejes, y guerra contra los partidarios de la reforma de Lutero, y marginaciones, opresiones y penas de muerte por diferencias religiosas.

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y surgieron grandes campeones del ecumenismo y la unidad: Catalina de Siena, Fray Luis de León, Francisco de Sales, Dietrich Bonhöefer, el Patriarca Atenágoras y Gandhi, Juan XXIII y el doctor Ramsey...
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo abandono del pueblo llano, y despotismo de los señores feudales, y compraventa de los cargos eclesiásticos, y un clero que confundió el servicio pastoral con un negocio lucrativo.

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y nacieron las escuelas catedralicias y los hermanos de Francisco de Asís, y los predicadores de Domingo de Guzmán, y las devociones populares y la música sacra. Y muchos monjes dedicaron parte de sus vidas a copiar a mano libros de la antigüedad para transmitirnos la cultura y el saber del pasado. Y Gregorio VII puso en marcha una reforma valiente que le costó morir en el destierro.
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo dos y tres papas a un tiempo, y se comerció con las indulgencias, y la doctrina de Lutero degeneró en multitud de confesiones y sectas, y las condenas de Roma enconaron las pasiones, y se enfrió el fervor de algunas órdenes religiosas, y se realizó el suntuoso acervo artístico del Vaticano, y se colonizaron las américas...

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y hubo concilios universales que renovaron la vida de los cristianos, y nació la Compañía de Jesús, y hubo un gran movimiento misionero hacia Asia y África, y se hicieron los primeros catecismos para fieles, y se pusieron los cimientos del derecho internacional en la Universidad de Salamanca, y los nativos de América tuvieron excelentes abogados como Bartolomé de las Casas y Toribio de Mogrovejo, y Teresa de Ávila con Juan de la Cruz reformaron la Orden Carmelitana...
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo miseria en el pueblo humilde, y cristianismo hipócrita en las altas clases nobles, y anticlericalismo rabioso, y una teología decadente y superficial, y fe poco profunda, y el papa que corona emperador a Napoleón Bonaparte, y algunos reyes que tienden a crear iglesias nacionales en las que ellos puedan intervenir más.

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y se sentaron las bases de las libertades democrática y de los derechos humanos, y hubo hombres y mujeres de talla en lo referente al amor a Dios y a los hombres, Vicente de Paúl, Juan María Vianney, José de Calasanz, y surgieron las congregaciones religiosa entregadas a la instrucción de los niños, al cuidado de los enfermos y ancianos, al servicio de los pobres. Y el cardenal Berülle se entregó a la formación de los sacerdotes.
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y hubo industrialización con su secuelas de explotación y degradación de la persona, y fuertes convulsiones sociales, y el Índice de libros prohibidos, y muchos se lanzaron a hacer las américas, y hay hambre en plena Europa, y se trafica con los negros de África, y las metrópolis medran a costa de las colonias.

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y se iniciaron los movimientos litúrgicos, teológicos, bíblicos, catequéticos. Y el marxismo hace plantearse a la Iglesia su función más característica de pregonera y difusora de la justicia y el amor. Y el padre Damián y Juan Bosco dejan un maravilloso testimonio. Y los mártires de Uganda son una inyección de savia nueva para la cristiandad del viejo continente.
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y aparecen filosofías racistas, y guerras mundiales y genocidios, y guerra fría e imperialismo, y carrera de armamentos y multinacionales, y trata de blancas y mafias, y dictadura y consumismo, y corrupción política y económica, y un Tercer Mundo cada día más engullido por el hambre, y un clero conformista, y pasividad de los seglares, y complicidad de los cristianos en estructuras injustas, y la contaminación...

Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.
Y nació la Acción Católica y la Sociedad de naciones, y el obispo de Münster plantó cara a Hitler, y la doctrina socio-política de los últimos papas, y el Vaticano II, y la renovación permanente de la Iglesia y la no violencia, y el ecologismo, y el tercermundismo, y Amnistía Internacional y Justicia y Paz, y la Madre Teresa de Calcuta, y el arzobispo Oscar Arnulfo Romero, y los derechos humanos de la ONU, y las comunidades eclesiales...
Y vio el Señor que las cosas eran buenas.
Y recreó Dios al hombre y a la mujer en Jesucristo.

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