Hay quien piensa que Dios es
un aguafiestas, que nos arruina la diversión con cortapisas y trabas, o un Dios
triste que no quiere que disfrutemos. Y entonces parece que la tentación son
esas cosas fascinantes que nos atraen, pero… ¡¡¡Qué fastidio!!! tenemos que
renunciar a ellas en nombre de una supuesta perfección. Y si lo vivimos así
nos quedamos con las ganas, medio molestos y pesarosos por la renuncia…
Pero no es eso. La tentación es lo que promete el bien y me conduce al hoyo. Lo
que aparece atractivo o incluso bueno, pero me aleja de ti y de los otros. Lo
que parece de recibo, evidente, inevitable en mi vida cuando en realidad no lo
es. Lo que, con engaños, me mata un poco. Líbranos, Señor, de esos espejismos
que prometen vida y esconden vacío.
La
tentación: ese maravilloso deseo que nos acaricia la vista, la piel, la lengua
y, sobre todo, la imaginación. Oscar Wilde decía que la mejor forma de evitarla
era cayendo en ella. El problema no es lo que nos promete, sino el precio que
nos oculta.
Y
tú: ¿Cómo haces para no caer? ¿Cuáles crees que son tus puntos débiles?
PRIMARIA los anteojos de tata dios las gafas de Papá Dios
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
PRIMARIA
LA MARIPOSA (De Peñaranda, 2007).
- Mira Jesús, ¡qué mariposa tan bonita! Te voy a contar su historia.
“Una vez, a un gusanito muy feo, le daba tanta vergüenza verse en el espejo de las gotas
de agua, que se encerró en su propia saliva de seda, para que no le viera nadie. Y allá
dentro, misteriosamente, le salieron unas alas muy grandes, y ya no tenía que arrastrarse
por el suelo. Se fue acercando a las flores más vistosas.
- Por favor, margarita, ¿me prestas tu amarillo?
- Por favor, azucena, ¿me prestas tu blanco?
- Por favor, rosa, ¿me prestas tu rojo?
Y entre todas las flores le pintaron unas alas preciosas con todos sus colores.
Ya no le daba vergüenza salir… y volar… y jugar al escondite en el jardín. Todos decían
que era la mariposa más bella de la comarca. Y todos le invitaban a que gustase de los
sabores de su polen y néctar.
Aquel día fue el más feliz de su vida. Y al atardecer, cuando ya no distinguía el color de las
flores, se fue a descansar de tanto vuelo junto a la luciérnaga, inteligente y sabia, que
iluminaba las hojas.
- ¡Hola mariposa!, ¿me dejas decirte un piropo? ¡Arco Iris! Has nacido para que te
contemplen, para ser bella, para alegrar la vida entre espinas y venenos. Ten cuidado con
los escarabajos y pulgones que se esconden en el fondo de las flores. No dejes que nadie
te toque ni te roce, porque perderías
tus colores, y sin ellos morirías. Volverías a ser un gusano feo.
-Sabia luciérnaga, ¿qué tengo que hacer?, porque no me se defender.
- Volar siempre mirando al sol.”
Y el niño Jesús abrió sus ojos muy grandes, miró a los de su Madre y dijo goteando las
sílabas.
- Ma… má, ma… ri… po… sa…
Después de leer el cuento, reflexionaremos sobre las siguientes cuestiones:
1. ¿Por qué creéis que el gusano se sentía feo cuando se miraba al espejo? ¿Qué actitudes o
comportamientos podían hacer que se avergonzara de sí mismo? A medida que avanza la historia, el
gusano se da cuenta de que no es feliz. Por eso, para sentirse bien consigo mismo y para que los
demás animales le quieran, tiene que cambiar.
2. La mariposa pide ayuda a sus amigas las flores. Así, la margarita le presta el “amarillo”, es decir,
la capacidad para perdonar. La azucena, le presta el “blanco”, es decir, la capacidad para ayudar
a sus amigos/as cuando lo necesitan. La rosa, le presta el “rojo”. ¿Qué se os ocurre que puede ser
el color rojo?
3. La mariposa parece que empieza a ser feliz. Sin embargo, la luciérnaga le advierte que durante su
vida se encontrará con escarabajos y pulgones que intentarán quitarle los colores. ¿Quiénes son los
escarabajos y pulgones en nuestra vida?
4. La sabia luciérnaga le da un consejo a la mariposa: “Vuela siempre mirando al Sol”. ¿A quién
creéis que se refiere cuando nombra al “Sol”?
Nosotros también estamos convirtiéndonos en preciosas mariposas que para ser felices deben volar mirando al Sol. Es decir, amando, escuchando y siguiéndole a Jesús.