De entre todos los instrumentos musicales no hay ninguno que se pueda comparar al violín: sus curvas elegantes, su fino mástil culminado en la bella voluta y sus cuatro cuerdas de las que brotan inigualables melodías cuando se desliza sobre ellas el arco. Pero por más que lo intente, el violín por sí solo no conseguirá sacar ni una sola nota. Se retorcerá y luchará toda la noche pero de sus cuerdas no saldrá un solo sonido. Y es que el violín parece haber olvidado que es un instrumento, el más bello de todos ellos pero instrumento al fin y al cabo.
DISFRUTA DE ESTA PIEZA MIENTRAS LEES Y SIENTE COMO DIOS ESTA DENTRO DE TI, Y TE DA FORMA, ERES SU CREACIÓN MÁS PRECIADA Y AMADA.
- Angel Benítez-Donoso,Jesuita
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