Buenos días, os pido que dejemos por un
momento todo lo que estamos haciendo para comenzar la oración de la mañana.
Tendremos presente a la venerable Mary Ward,
fundadora de los colegios de la Bienaventurada
Virgen María.
Así que, abrid vuestros sentidos que
comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.
El 19 de diciembre de 2009, el papa
Benedicto XVI promulgó el decreto por el que reconocía la valentía, el coraje,
la fuerza, la energía, las ganas de vivir de Mary Ward y le otorgó el título de
venerable. Por eso decimos la venerable Mary Ward. Este título es el primer
escalón para declarar a una persona santa, como Santa Teresa de Ávila ó San
Francisco Javier.
Mary que se sintió llamada por Dios a
fundar una congregación de mujeres religiosas y sin estar en un convento de clausura
según el modelo de la
Compañía de Jesús de San Ignacio de Loyola, pasó muchos años
en roma pidiendo al Papa de su época el reconocimiento de su nueva
congregación. Pero en 1631 su Orden fue suprimida y Mary Ward fue acusada de
hereje. Nunca se presentaron cargos contra ella, y aún así pasó algunas
temporadas en la cárcel hasta que su congregación fue disuelta.
Después de más de 200 años, en 1877 fue
reconocida su congregación por la
Iglesia y no fue hasta 1909 cuando se reconoció a Mary Ward
como fundadora.
El Instituto de Mary Ward existe hoy bajo
los nombres de Congregatio Jesu y el Instituto de la Bienaventurada Virgen
María (Hermanas de Loreto) al que pertenece nuestro colegio, con
aproximadamente 3000 religiosas repartidas en 44 países de los cinco
continentes
Mary Ward, queremos aprender más sobre tu
vida, acercarnos un poco más a todas tus enseñanzas, sacrificios, ilusiones, a
tu peregrinar buscando siempre la voluntad de Dios.
Te pedimos que nos acompañes en este curso, que nos guíes e ilumines en nuestro quehacer diario, que nos
ayudes a tomar buenas decisiones y con Jesucristo, nuestro Señor, que sepamos
valorar todo lo que la vida nos ofrece, que los sepamos respetar y cuidar.
Hecha nuestra petición nos despedimos en el
nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario