Os pido que dejemos por un momento todo lo
que estamos haciendo para comenzar la oración de la mañana.
Mary Ward Nació en una familia católica de
York y fue perseguida por su fe, Mary Ward destacó por hallarse entre las
primeras mujeres que creyeron que la figura femenina debía estar involucrada en
la actividad y en la vida apostólica de la Iglesia Católica.
Sin embargo, ella inicialmente optó por la estricta forma de la vida
contemplativa basada en entregarse totalmente a Dios.
Cuando Dios le reveló que esa vida de
oración y oscuridad detrás de los muros de un convento no era su camino, fue
llamada a volver a Londres en 1609. Aquí con un grupo de jóvenes mujeres,
animadas por ese mismo sentimiento, se dedicó al trabajo apostólico en contra
de las estrictas leyes hacia los católicos durante aquel tiempo. Más tarde, ese
mismo año, comprendió que Dios le estaba llamando a otra forma de vida
religiosa “que sería para su mayor gloria”. Con la finalidad de pensar y
decidir esto, dejo Londres dirigiéndose a Flandes con sus jóvenes compañeras y
fundó su primera casa en St Omer.
En 1611 estando en oración le llegó
la inspiración y oyó claramente las palabras: ”Toma lo mismo de la Compañía ” y entendió que
se trataba de “La Compañía
de Jesús” fundada por San Ignacio de Loyola. El resto de su vida se basó en el
desarrollo de una Congregación religiosa para mujeres, según el modelo
ignaciano, para ello necesitaba, si quería tener éxito, ganarse la
aprobación del Papa.
Señor, aumenta en nosotros el deseo de
servirte en esta Iglesia de hoy. Ayúdanos a vivir tu misión con la misma
fidelidad que inspiró y movió a Mary Ward.
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