1. ANTICREACIÓN
Al
fin, el hombre destruyó el cielo y la tierra.
La
tierra era bella y fértil,
la
luz brillaba en las montañas y los mares,
y
el espíritu de Dios llenaba el universo.
Y
el hombre dijo:
“Posea
yo todo el poder
en
el cielo y en la tierra”.
Y
vio que el poder era bueno
y
llamó “grandes jefes”
a
quienes detentaban el poder,
y
dio el nombre de débiles
a
los que buscaban la reconciliación.
Así
fue el sexto día antes del fin.
Y
el hombre dijo:
“Haya
una gran división entre los pueblos:
y
póngase a un lado
las
naciones que están por mí
y
al otro lado las que están contra mí”.
Y
hubo buenos y malos.
Así
fue el día quinto antes del fin.
Y
el hombre dijo:
“Juntemos
nuestras fortunas en un lugar
y
creemos instrumentos para defendernos:
la
radio y la televisión
para
controlar los espíritus de los hombres,
la
movilización y el registro
para
controlar los cuerpos de los hombres,
los
uniformes para dominar
las
almas de los hombres”.
Y
así fue. El mundo quedó dividido
en
dos bloques, en guerra.
El
hombre vio que tenía que ser así.
Así
fue el cuarto día antes del fin.
Y
el hombre dijo: “Haya censura
para
distinguir
nuestra
verdad de la de los demás”.
Y
fue así:
el
hombre creó dos grandes instituciones:
una
para ocultar la verdad en el extranjero.
Y
otra,
para
defenderse de la verdad dentro de casa.
El
hombre lo vio y lo encontró normal.
Así
fue el tercer día antes del fin.
Y
el hombre dijo:
“Fabriquemos
armas que puedan destruir
a
distancia ingentes multitudes”.
De
este modo perfeccionó
la
guerra bacteriológica,
perfeccionó
los arsenales
de
muerte submarinos,
los
proyectiles teledirigidos.
El
hombre lo vio y se enorgulleció.
Entonces
los bendijo, diciéndoles:
“Sed
numerosos y grandes sobre la tierra,
llenad
las aguas del mar
y
los espacios celestes, multiplicaos”.
Así
fue el día segundo antes del fin.
Y
el hombre dijo: “Hagamos a Dios
a
nuestra imagen y semejanza,
digamos
que Dios
obra
como nosotros obramos,
que
piensa como nosotros pensamos,
que
quiere lo que nosotros queremos,
que
mata como nosotros matamos”.
El
hombre creó un Dios a su medida.
Y
lo bendijo diciendo:
“Muéstrate
a nosotros
y
pon la tierra a nuestros pies:
no
te faltará nada, si haces nuestra voluntad”
Y
así fue:
el
hombre vio todo lo que había hecho
y
estaba muy satisfecho de todo ello.
Así
fue el día antes del fin.
De
pronto se produjo un gran terremoto
en
toda la superficie de la tierra,
y
el hombre
y
todo lo que había hecho dejaron de existir.
Así
acabó el hombre
con
el cielo y con la tierra.
La
tierra volvió a ser
un
mundo vacío y sin orden;
toda
la superficie del océano
se
cubrió de oscuridad
y
el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
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