jueves, 28 de noviembre de 2019

JUEVES 28 DE NOVIEMBRE, Adviento

PRIMARIA


Nuestra amiga Mary Ward fue una mujer que hablaba mucho con Dios.  
Para ella no pasaba desapercibido porque estaba atenta a lo que Dios necesitaba de ella.
Buscaba DESDE DENTRO la VERDAD en su corazón.

Todos y cada uno somos tesoros que Dios ha creado. Sólo tenemos que descubrirnos y abrir el cofre lleno de dones, de cosas buenas para compartir con todos. 
¿Qué cosas buenas hay en mí?

Amiga Mary, te pedimos que nos ayudes a tener un corazón sincero como el tuyo para que Jesús pueda nacer dentro de nosotros.
Enséñanos a que los demás puedan ver en nuestra manera de vivir a ese Niño que nos está naciendo desde dentro.

Venerable Mary Ward, ruega por nosotros

SECUNDARIA
JUEVES (28-11-19)

Jesús viene, esperamos su llegada; pero cuando venga, ¿dónde lo encontraremos?

UN CUENTO DE ADVIENTO

"Martín era un humilde zapatero de un pequeño pueblo de montaña. Vivía solo. Hacía años que había enviudado y sus hijos habían marchado a la ciudad en busca de trabajo.

Martín, cada noche, antes de ir a dormir leía un trozo de los evangelios frente al fuego del hogar. Aquella noche se despertó sobresaltado. Había oído claramente una voz que le decía. ‘Martín, mañana Dios vendrá a verte’. Se levantó, pero no había nadie en la casa, ni fuera, claro está, a esas horas de la fría noche...

Se levantó muy temprano y barrió y adecentó su taller de zapatería. Dios debía encontrarlo todo perfecto. Y se puso a trabajar delante de la ventana, para ver quién pasaba por la calle. Al cabo de un rato vio pasar un vagabundo vestido de harapos y descalzo. Compadecido, se levantó inmediatamente, lo hizo entrar en su casa para que se calentara un rato junto al fuego. Le dio una taza de leche caliente y le preparó un paquete con pan, queso y fruta, para el camino y le regaló unos zapatos.

Llevaba otro rato trabajando cuando vio pasar a una joven viuda con su pequeño, muertos de frío. También los hizo pasar. Como ya era mediodía, los sentó a la mesa y sacó el puchero de la sopa excelente que había preparado por si Dios se quería quedar a comer. Además fue a buscar un abrigo de su mujer y otro de unos de sus hijos y se los dio para que no pasaran más frío.

Pasó la tarde y Martín se entristeció, porque Dios no aparecía. Sonó la campana de la puerta y se giró alegre creyendo que era Dios. La puerta se abrió con algo de violencia y entró dando tumbos el borracho del pueblo.

– ¡Sólo faltaba este! Mira, que si ahora llega Dios...– se dijo el zapatero.

– Tengo sed –exclamó el borracho.

Y Martín acomodándolo en la mesa le sacó una jarra de agua y puso delante de él un plato con los restos de la sopa del mediodía.

Cuando el borracho marchó ya era muy de noche. Y Martín estaba muy triste. Dios no había venido. Se sentó ante el fuego del hogar. Tomó los evangelios y aquel día los abrió al azar. Y leyó:

– ‘Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestiste...Cada vez que lo hiciste con uno de mis pequeños, a mí me lo hicistes...’

Se le iluminó el rostro al pobre zapatero. ¡Claro que Dios le había visitado! ¡No una vez, sino tres veces! Y Martín, aquella noche, se durmió pensando que era el hombre más feliz del mundo...".

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WEDNESDAY, MARCH 17. SAINT PATRIK DAY

THE NAME OF THE FATHER, AND THE SON, AND THE HOLY SPIRIT, AMEN VENERABLE MARY WARD, PRAY FOR US